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Fichajes políticos en caladeros ajenos

Dirigentes que han estado firmemente vinculados a un partido abrazan sin complejos la causa de la competencia

Los partidos apuran las semanas previas a la campaña para bucear en el mercado de candidatos y buscar nombres con tirón electoral y mediático. Se trata de conquistar a esa legión de indecisos que decidirá su voto a pocos días de acudir a las urnas. “Las campañas son duelos de historias a gran velocidad. El candidato que gana es aquel cuyas historias están en conexión con el mayor número de electores”, decía Evan Cornog, profesor de Periodismo de la Universidad de Columbia. Con la vista puesta en la campaña, la carrera de los fichajes está en plena ebullición. Políticos que han estado firmemente vinculados a un partido abrazan sin complejos la causa de la competencia.

Ciudadanos aspira a que la hasta ahora presidenta de las Cortes de Castilla y León, Silvia Clemente (del PP), y el exdirector general de la Policía Nacional y la Guardia Civil (con el Gobierno del PSOE) Joan Mesquida encabecen las papeletas para las autonómicas en Castilla y León y Baleares, respectivamente. El diputado balear del PP Antoni Camps deja el PP para liderar la lista de Vox al Consell de Menorca, y el exministro de Trabajo socialista Celestino Corbacho acompañará a Manuel Valls (ex primer ministro socialista en Francia) en la candidatura de Ciudadanos al Ayuntamiento de Barcelona.

El PP insiste en que no le hace falta pescar en caladeros ajenos. De momento su fichaje más refulgente procede de la televisión. Le ha lanzado el anzuelo a Pedro García Aguado, conocido por su trabajo al frente del programa Hermano mayor, para ir en la lista de la Comunidad de Madrid. Algunos de los que huyen del PP lo hacen no sin antes cuestionar la falta de “valentía” y “coraje” en la formación en la que militaban. Y el PP responde poniendo en duda la “honestidad” de los fugados.

Sin que aún haya arrancado la campaña ya empiezan a circular vídeos contra el adversario. Uno de los del PP muestra imágenes festivas de los líderes socialistas y de Unidos-Podemos ejecutando sin gracia ni formalidad coreografías de escaso futuro en ¡Mira quién baila! El mensaje no tendría connotación política si no fuera porque esas escenas se adoban con los bailoteos de Nicolás Maduro. Así, bajo infantiles técnicas subliminales, el PP plasma el eje Sánchez-Iglesias-Maduro.

 

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